La DESAPARICIÓN FORZADA es el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de la abstención de información o del paradero de la persona desaparecida, sustrayéndole a la protección de la ley.
Este tipo de arbitrariedad (DESAPARICION FORZADA) por parte de la autoridad, se ha usado a menudo como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.
La DESAPARICIÓN FORZADA es un problema mundial, pues las desapariciones forzadas, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes. Es decir; es usada como estrategia para difundir miedo comúnmente en diversos grupos activistas o personas que representan alguna especie de “peligro”, para un grupo o persona con poder.
Debe ser de imprescindible importancia, pues existe una afectación, a la población en estos casos:
- El acoso de los defensores de los derechos humanos, los parientes de las víctimas, los testigos y los abogados que se ocupan de los casos de desaparición forzada;
- El uso por los Estados de la lucha contra el terrorismo como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones; y la todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada.
- Debe prestarse también especial atención a los grupos de personas especialmente vulnerables, como los niños y las personas con discapacidad.
Existe la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y se declara el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, desde 2011.